No es aún la época de la siega pero poco debe faltarle. La siembra tiene ya ese color oro viejo, que viene del brillante amarillo y da paso al anaranjado que anuncia el momento justo de la recogida.
Tres caminos, enmarcados por la hierba de sus ribazos, se abren a nuestros ojos pero se pierden sin saberse dónde. Uno de ellos, el del centro, atrae la mirada y serpenteando, la lleva hacia el horizonte, atravesando el campo, cortándolo en dos, hasta donde éste se funde con el cielo. Allí se pierde a la vista; en ningún lado. Pero ¿adónde conduce? Hay caminos que no llevan a lugar alguno; otros se pierden en nada.
Debe de ser el atardecer de un día de final de la primavera, pero de un día destemplado, que se ha ido haciendo más áspero con el paso de las horas, muy alejado, ahora, de la tibieza y la fresca calidez de la floración de los campos.
Un cielo tormentoso, más aún, turbulento, donde el azul de oscuros y vigorosos trazos se mezcla con el negro, nos avisa, nos anuncia la llegada casi inminente, inevitable del trueno. La tormenta se cierne, implacable. Pero es hermoso, terriblemente hermoso.
El viento, poderoso como un golpe, produce surcos en ese vasto campo; y el cereal se balancea asustado, abriendo cauces, olas que corren rápidas hacia el fondo, tumbándose casi por la fuerza de ese viento enérgico, como encogiéndose, huyendo.
Y ahora, pájaros, en una bandada dispersa pero enorme, innumerables, levantan su vuelo. Pero no se ve claro hacia dónde se dirigen; en un momento parecen escaparse de la escena, alejarse, como al instante dirigirse hacia nosotros. Como aúspicies de augurios aciagos.
Un espectáculo de desamparo, de soledad, porque la desolación es interior, del espíritu.
Invisible a nuestra vista, un espíritu atormentado y fracasado, contempla, solitario, la escena.
Sí; definitivamente hay caminos que conducen a la nada.
Tres caminos, enmarcados por la hierba de sus ribazos, se abren a nuestros ojos pero se pierden sin saberse dónde. Uno de ellos, el del centro, atrae la mirada y serpenteando, la lleva hacia el horizonte, atravesando el campo, cortándolo en dos, hasta donde éste se funde con el cielo. Allí se pierde a la vista; en ningún lado. Pero ¿adónde conduce? Hay caminos que no llevan a lugar alguno; otros se pierden en nada.
Debe de ser el atardecer de un día de final de la primavera, pero de un día destemplado, que se ha ido haciendo más áspero con el paso de las horas, muy alejado, ahora, de la tibieza y la fresca calidez de la floración de los campos.
Un cielo tormentoso, más aún, turbulento, donde el azul de oscuros y vigorosos trazos se mezcla con el negro, nos avisa, nos anuncia la llegada casi inminente, inevitable del trueno. La tormenta se cierne, implacable. Pero es hermoso, terriblemente hermoso.
El viento, poderoso como un golpe, produce surcos en ese vasto campo; y el cereal se balancea asustado, abriendo cauces, olas que corren rápidas hacia el fondo, tumbándose casi por la fuerza de ese viento enérgico, como encogiéndose, huyendo.
Y ahora, pájaros, en una bandada dispersa pero enorme, innumerables, levantan su vuelo. Pero no se ve claro hacia dónde se dirigen; en un momento parecen escaparse de la escena, alejarse, como al instante dirigirse hacia nosotros. Como aúspicies de augurios aciagos.
Un espectáculo de desamparo, de soledad, porque la desolación es interior, del espíritu.
Invisible a nuestra vista, un espíritu atormentado y fracasado, contempla, solitario, la escena.
Sí; definitivamente hay caminos que conducen a la nada.
La TAREA: una pregunta: ¿de qué color tiene la barba?
La PISTA: Escenas así, habrá muchas dentro de poco, en unos meses, y las podemos encontrar incluso en esta Manchuela esteparia, pero la que buscamos, concretamente ésa, está en Holanda. Por eso no hace falta, en esta etapa, foto demostrativa.
PLAZO: Desde ahora mismo, desde este mismo momento, desde ya… hasta el viernes, 18 de marzo, 10:30 horas.
PUNTUACIONES:
• 15 puntos para primera respuesta correcta
• 10 puntos para segunda, tercera, cuarta y quinta respuesta
• 8 puntos para respuestas sexta a décima
• 6 puntos para respuestas undécima a decimoquinta.
• 5 puntos para respuestas correctas posteriores