Primo Levi

¿Se puede sobrevivir a un acontecimiento desmesurado, sin comparación; el horror en estado puro? Sí; con mucha fortuna, sí. Pero ¿se puede sobrevivir y mantener la lucidez?
PRIMO LEVI es la respuesta afirmativa a esta segunda pregunta.

Nació Levi en Turín, en 1919, en una familia judía de origen sefardí, en unos tiempos que bien pronto se volverían convulsos. Allí estudió y se licenció en Químicas, y a la investigación se dedicaba hasta que, con la subida al poder del fascismo de Mussolini, entra en la resistencia antifascista.
Cuando los alemanes intervienen en Italia, es detenido en 1943 por las autoridades fascistas y tras ser entregado a los nazis, es deportado, en 1944 a Auschwitz – Birkenau.
Consiguió sobrevivir hasta la liberación del campo por las tropas soviéticas el 27 de enero de 1945.
Desde entonces, su vida es el testimonio del horror, de la barbarie, de la crueldad sin límites y sin sentido.

Tres obras autobiográficas dan una desgarradora visión de la barbarie nazi: Si esto es un hombre (1947), La Tregua (1958) y Los hundidos y los salvados (1986)

Hubo, efectivamente, sagaces “avisadores del fuego” que supieron leer en su tiempo la catástrofe que se avecinaba, pero ni siquiera ellos pudieron pensar lo que ocurrió. Lo que ocurrió fue impensado e impensable y cuando lo impensable ocurre se convierte en lo que da que pensar. Auschwitz es un laboratorio del mal y su importancia consiste en que ahí podemos descubrir aspectos del mal que actúan en otras muchas circunstancias pero disimuladamente.
REYES MATE, Primo Levi, el testigo

Ser testigo de un acontecimiento inimaginable, pero sabiéndose no ser el testigo total pues se ha sobrevivido. Hablar, contar lo que otros no pueden relatar. Hacer de la supervivencia el vehículo único que hace posible el testimonio.
Algunos otros también lo han hecho: Jean Amery, Robert Antelme, Elie Wiesel, Imre Kertesz, Wladyslaw Szpillman, Jorge Semprún … pero Levi manifiesta una lucidez excepcional.

El 11 de abril de 1987 muere al ¿caer – arrrojarse? Por el hueco de la escalera de su casa.



EL PAÍS, 11/4/2007

El 11 de abril de 1987, Primo Levi recibió, como todos los días, la visita de la portera, que le subía la correspondencia. La saludó, tomó el paquete de cartas y se despidió afablemente. Minutos después, la portera escuchó un ruido. El cuerpo de Primo Levi yacía en un rellano. La policía supuso que el superviviente de Auschwitz se había suicidado arrojándose por las escaleras. Hoy se cumplen 20 años de la muerte de Levi, autor de uno de los pocos libros imprescindibles del siglo XX: Si esto es un hombre. Numerosas iniciativas en Italia, Francia y Estados Unidos conmemoran el aniversario.

Primo Levi (Turín, 1919-1987) fue entregado a la Gestapo en febrero de 1944, en cumplimiento de las leyes raciales de Benito Mussolini. Era judío. Le correspondían, por tanto, la deportación y la muerte. El joven licenciado en Química sobrevivió gracias a sus conocimientos (los alemanes le emplearon como técnico-esclavo en una factoría de I. G. Farben) y a una escarlatina que estuvo a punto de matarle, pero le evitó una nueva y fatal deportación hacia Alemania cuando las tropas rusas llegaron a Polonia. La suya fue una supervivencia relativa.

El Corriere della Sera publicó ayer un texto inédito de Levi. Era un guión radiofónico propuesto en 1963 a la RAI, la radiotelevisión pública italiana.(…). El guión hablaba de los últimos días en Auschwitz, con los alemanes ya huidos y los enfermos abandonados, y explicaba, una vez más, que ningún prisionero escapó nunca de aquel campo de exterminio. Algunos, como el propio Levi, salieron con vida. Pero siguieron presos para siempre, sólo relativamente vivos.
Éste es un fragmento del texto: "26 de enero. Estamos solos, abandonados en un universo de muertos y larvas. El último rastro de civilización ha desaparecido de nuestro alrededor y de nuestro interior. La obra de bestialización emprendida por los alemanes triunfantes ha sido cumplida por los alemanes derrotados. Es hombre quien mata, es hombre quien sufre o comete una injusticia: no es hombre quien ha perdido toda decencia y comparte su lecho con un cadáver. Quien ha esperado que su vecino acabara de morir para quitarle un pedazo de pan puede ser inocente, pero está señalado, condenado, maldito".

El tema es el mismo de Si esto es un hombre, el relato que Primo Levi escribió en 1946, inmediatamente después de su retorno a Turín. El editor Einaudi rechazó el manuscrito, publicado de forma casi simbólica (2.500 ejemplares) por una editorial minúscula. Levi se dedicó a su trabajo en Siva, una fábrica de pinturas en la que desarrolló toda su vida profesional. En 1956, Einaudi detectó que el público empezaba a interesarse por el exterminio judío en Europa y rescató el libro. No ha dejado de reeditarse desde entonces. Levi escribió otras piezas, como La tregua, una espléndida narración de su regreso a pie desde Auschwitz hasta Turín; El sistema periódico, una colección de relatos breves asociados a elementos químicos, o la novela La llave estrella.




María LUJÁN LEIVA, Primo Levi, una reflexión que nos incluye


Prólogo a Primo Levi, Entrevista a sí mismo
Buenos Aires, Ed. Leviatán, 2002
Fuente: Rebelión, 11 de abril del 2003


Primo Levi es un referente ético y un pensador crítico..
Medita, dialoga, discute sobre temas de no fácil resolución, que exigen rigurosidad de pensamiento, superación de contradicciones y de intereses individuales y sectoriales..Primo Levi debate sobre el "perdón" a los culpables. Levi no exculpa a los responsables, rechaza de plano la obediencia debida, aunque reconozca las zonas grises. Levi no acepta la coartada de la ignorancia por parte de amplios sectores de la sociedad de los horrores del nazismo, censura el facilismo de refugiarse -antes y después- en la comodidad del no saber, que exorciza la angustia y es el reaseguro del no compromiso..

Primo Levi no banaliza. Señala, acusa, responsabiliza, estudia, conoce..
Primo Levi exige conocer y se exige conocer. Conocer significa no sólo indagar en la memoria de víctimas y victimarios, en los recuerdos, sino exigir los documentos, descubrir las redes de complicidad, develar el sistema educativo, las redes bancarias, los compromisos de las altas esferas internacionales..
Sin embargo para Levi, como para las personas honestas, el nazismo tiene algo de inexplicable en su ignominia, "[P]ero en el odio nazi no hay racionalidad: es un odio que no está en nosotros, está afuera del hombre, es un fruto venenoso nacido del tronco funesto del fascismo pero está afuera y más allá del mismo fascismo" . El nazismo está más allá de nosotros en su paroxismo, en su vileza, en su servilismo. "No me parece lícito explicar un fenómeno revirtiendo la culpa sobre un individuo (!los ejecutores de las órdenes no son inocentes!"..


Entre los personajes de la obra de Primo Levi hay uno que parece ser el ideal humano del escritor. Ideal por las virtudes humanas que lo singularizan ,aunque personaje real, histórico. Se trata de Alberto, el compañero muerto en el Lager de Auschwitz, con cualidades humanas quizás no difíciles de encontrar ni heroicas, aunque subvaluadas y amenazadas en el mundo de la prepotencia, la hipocresía y el desinterés por la suerte de los otros. Las cualidades de Alberto eran ser "fuerte" y "manso", el requisito personal de la resistencia a lo que Levi llama -en magnífica metáfora- "las armas de la noche".. Es la victoria de lo humano que permite la esperanza, que no le da la victoria definitiva ni plena al racismo, al oprobio, al colonialismo, o a la humillación..
Porque la recuperación de la humanidad de los prisioneros de Auschwitz -la inhumanidad del sistema nazi se contagiaba también a los prisioneros- se da, como lo escribe Levi, con la recuperación de la solidaridad..


El mensaje de Primo Levi es de coraje , de honestidad, de denuncia del fascismo y del nazismo de la Segunda Guerra y del nazismo infiltrado en el mundo de la postguerra. Levi denuncia el nazismo de Treblinka, Dachau y de Auschwitz, pero también -con fuerza y dolor- las crueldades del ejército francés durante la guerra de liberación del pueblo argelino, la crueldad americana de los bombardeos sobre los vietnamitas y la responsabilidad del gobierno israelí en la masacre de los refugiados palestinos de Sabra y Chatila (Líbano) en 1982..
Las palabras finales de esta entrevista que Primo Levi se hace a sí mismo y que aquí presentamos , son su legado en primera persona y señalan el pivote de la resistencia humana ante el naufragio, la crisis de valores, las guerras, la opresión, "reconocer siempre, incluso en los días más oscuros, en mis compañeros y en mí mismo los hombres y no las cosas"..


Primo Levi se suicida en su casa de Turin en la primavera boreal de 1987. Un año antes había escrito Los hundidos y los salvados , obra de reflexión y de reacción ante el negacionismo, la ahistoricidad y la superficialidad de la década.
La agonía de las horas inciertas lo asaltó y puso fin a su vida. Mas sus escritos ,su legado de análisis y rescate de la dignidad humana le han dado sentido a su muerte como lo hicieron con su vida de sobreviviente del genocidio



SI ESTO ES UN HOMBRE. Presentación.


Tuve la suerte de no ser deportado a Auschwitz hasta 1944, y después de que el gobierno alemán hubiera decidido, a causa de la escasez creciente de mano de obra, prolongar la media de vida de los prisioneros que iba a eliminar concediéndoles mejoras notables en el tenor de vida y suspendiendo temporalmente las matanzas dejadas a merced de particulares.
Por ello, este libro mío, por lo que se refiere a detalles atroces, no añade nada a lo ya sabido por los lectores de todo el mundo sobre el inquietante asunto de los campos de destrucción. No lo he escrito con la intención de formular nuevos cargos; sino más bien de proporcionar documentación para un estudio sereno de algunos aspectos del alma humana. Habrá muchos, individuos o pueblos, que piensen más o menos conscientemente, que “todo extranjero es un enemigo”. En la mayoría de los casos esta convicción yace en el fondo de las almas como una infección latente; se manifiesta solo en actos intermitentes e incoordinados, y no está en el origen de un sistema de pensamiento. Pero cuando éste llega, cuando el dogma inexpresado se convierte en la premisa mayor de un silogismo, entonces, al final de la cadena está el Lager: Él es producto de un concepto de mundo llevado a sus últimas consecuencias con una coherencia rigurosa: mientras el concepto subsiste las consecuencias nos amenazan. La historia de los campos de destrucción debería ser entendida por todos como una siniestra señal de peligro.
Me doy cuenta, y pido indulgencia por ellos, de los defectos estructurales del libro. Si no en acto, sí en la intención y en su concepción, nació en los días del Lager. La necesidad de hablar a “los demás”, de hacer que “los demás” supiesen, había asumido entre nosotros, antes de nuestra liberación y después de ella, el carácter de un impulso inmediato y violento, hasta el punto de que rivalizaba con nuestras demás necesidades más elementales; este libro lo escribí para satisfacer esta necesidad, en primer lugar, por lo tanto, como una liberación interior. De aquí su carácter fragmentario: sus capítulos han sido escritos no en una sucesión lógica sino por su orden de urgencia. El trabajo de empalmarlos y de fundirlos lo he hecho según un plan posterior.Me parece superfluo añadir que ninguno de los datos ha sido inventado.

Los que vivís seguros
en vuestras casas caldeadas,
los que os encontráis, al volver por la tarde,
la comida caliente y los rostros amigos:
Considerad si es un hombre
quien trabaja en el fango
quien no conoce la paz
quien lucha por la mitad de un panecillo
quien muere por un sí o por un no.
Considerad si es una mujer
quien no tiene cabellos ni nombre
ni fuerzas para recordarlo
vacía la mirada y frío el regazo
como una rana invernal.
Pensad que esto ha sucedido:
Os encomiendo estas palabras.
grabadlas en vuestros corazones
al estar en casa, al ir por la calle,
al acostaros, al levantaros;
Repetídselas a vuestros hijos.
O que vuestra casa se derrumbe,
la enfermedad os imposibilite,
vuestros descendientes os vuelvan el rostro.





Ante uno de los mayores, más inmensos naufragios de la humanidad, Levi es como una pequeña pero firme luz que alumbra en la oscuridad más tenebrosa.
Y no ahorra clarividencia –una honda y abismal lucidez descarnada- ni siquiera cuando va en su contra; contra toda disculpa, contra toda coartada o justificación, rechazando vanos, falsos consuelos; sin concesiones ni siquiera consigo mismo.
Esta magnífica adaptación de uno de los capítulos de Si esto es un hombre es buena prueba de ello.






En esta página muchos más documentos, materiales sobre este autor imprescindible, pero imprescindible de verdad:
http://www.elortiba.org/primolevi11.html



Primo Levi regresó a Auschwitz, donde estuvo internado de febrero de 1944 hasta la liberación del campo en enero de 1945, dos veces en su vida: en 1965 y en 1982. En la segunda oportunidad concedió una entrevista a un equipo de la Televisión Italiana.

La entrevista concluye con esta pregunta
¿No le parece que los otros, los hombres, hoy en día quieren olvidar Auschwitz cuanto antes?
y esta respuesta de Levi:
Hay indicios que permiten pensar que quieren olvidar o algo peor: negar. Es muy significativo: quien niega Auschwitz es precisamente quien estaría dispuesto a volver a hacerlo.