Los poderes establecidos actúan en beneficio de unos pocos, desoyendo la voluntad de la gran mayoría, sin importarles los costes humanos y ecológicos que tengamos que pagar. Hay que poner fin a esta intolerable situación y unidas y unidos en una sola voz, hacer saber a los políticos y a las élites financieras a las que sirven, que ahora somos nosotros, las gentes, quienes van a decidir nuestro futuro.
En unidad seremos capaces de alcanzar la soberanía que los intereses de los capitales nos intentan arrebatar, juntos conseguiremos la soberanía global que como seres humanos nos pertenece de forma natural.
Exigimos, por tanto, a todos los poderes políticos, militares y jurídicos que se pongan al servicio del pueblo, demostrando un ejercicio de verdadera democracia, para habilitar los mecanismos, cambios y reformas necesarias para garantizarnos una soberanía global que contemple los siguientes puntos:
Soberanía alimentaria para todos los pueblos y personas del planeta, garantizando el derecho de los pueblos y de las comunidades a definir sus políticas agrícolas, pesqueras, alimentarias y de tierra que sean ecológica, social, económica y culturalmente apropiadas a sus circunstancias únicas.
Esto incluye el verdadero derecho a la alimentación y a la producción de alimentos, que todos los pueblos tengan acceso a una alimentación sana, nutritiva y culturalmente apropiada, a una capacidad para mantenerse a si mismos y a sus sociedades garantizando el libre acceso al agua, la tierra, las semillas naturales y la biodiversidad.
Soberanía social que defienda al individuo en igualdad con el resto de su comunidad, así como con las demás comunidades del plantea, garantizando sus derechos y deberes, el cumplimiento de la declaración universal de los derechos humanos, el derecho a vivir en paz y en libertad, dignidad e igualdad dentro y fuera de su territorio, independientemente de su sexo, raza, condición social o económica, ideología, religión, orientación sexual o cualquier otro tipo de pensamiento o diferencia con el resto de los individuos de su comunidad, dentro de un marco de respeto mutuo por los derechos y deberes de todos y todas.
Soberanía cultural que respete y proteja las identidades de los pueblos originarios y las minorías dentro de un mundo global y multicultural. Que garantice el libre acceso al conocimiento y a la información de forma transparente y eficaz, el libre acceso a los medios de comunicación y a las nuevas tecnologías, la libertad de pensamiento y de expresión, la libertad de creencias y prácticas religiosas, separando completamente a estas de un estado y unos poderes públicos que han de ser verdaderamente laicos. La libertad de ideología y la libertad cultural. Soberanía cultural que garantice el acceso a una ecuación libre, de calidad y gratuita a todos los niveles de formación para todas las personas del planeta.
Soberanía política que garantice una democracia real, directa y participativa, la libertad y el derecho a participación de la ciudadanía en la toma de decisiones políticas que afectan a su presente y futuro a través de sistemas seguros de voto electrónico y referéndum. La transparencia absoluta de la administración y los poderes públicos y el libre acceso a toda la documentación generada por estos.
Que proteja la soberanía política de las comunidades y pueblos con identidad propia, así como su reconocimiento dentro de las estructuras y jerarquías políticas estatales e internacionales como pueblo soberano dentro de su marco territorial.
Soberanía económica, energética y mercantil, garantizando unos servicios bancarios y financieros que protejan los créditos hipotecarios. Un estricto control de las finanzas y las transacciones internacionales, persiguiendo y luchando activamente contra la especulación. Un correcto reparto de las riquezas y un equilibrio solidario de los impuestos. La eliminación de los paraísos fiscales y de los privilegios de los grandes capitales. El control de los mercados y de los movimientos de mercancías, protegiendo el comercio local y de proximidad, garantizando un comercio justo basado en valores éticos y medioambientalmente sostenibles. Medidas y leyes que garanticen la soberanía energética de los pueblos, aprovechando los recursos de los que disponga su territorio en beneficio de todo su pueblo soberano. Una soberanía que garantice al individuo la libertad de autoproducción de energía para el autoconsumo a través de los medios a su alcance, respetando los valores de la sostenibilidad y minimización del impacto ambiental.
Por tanto, nos unimos en una sola voz en todo el mundo, exigimos una soberanía global para todos los pueblos y comunidades del planeta en favor del bien y los intereses comunes, la igualdad, la equidad y una verdadera sostenibilidad que garantice la vida digna a las futuras generaciones.
Exigimos el inmediato abandono del sistema neoliberalista que nos está llevando a la mercantilización del ser humano, y por tanto, hacia una autodestrucción global. Exigimos la adopción de un sistema político, social y económico que defienda esta soberanía global y garantice nuestro presente y nuestro futuro primando los intereses comunes, el pleno empleo, los servicios sociales, la educación y la sanidad por encima de cualquier tipo de interés privado o privativo de cualquier persona o entidad, pública o privada.
Siguiendo la senda del camino de cooperación y hermandad que hoy nos trajo hasta aquí, seguiremos trabajando y luchando de forma pacífica por nuestros derechos naturales hasta que nuestras exigencias sean escuchadas y atendidas, hasta conseguir el cambio necesario.
¡No somos mercancía en manos de políticos y banqueros que no nos representan!
Hemos gritado que no nos representan y que nosotros no somos los responsables, ni ganamos demasiado, ni somos improductivos. Hemos clamado que lo llaman democracia y no lo es, que es en realidad un sistema excluyente que no representa al pueblo. Hemos coreado en las calles que están robando a los pobres y han secuestrado al estado con privatizaciones para enriquecer a los ricos, que siguen sedientos tras largas noches de borrachera. Nos rebelamos contra los recortes de los servicios públicos y el desgaste de nuestros derechos y libertades. Sabemos que la deuda es una estafa y denunciamos que los mercados y los banqueros están por encima de toda ley. Hemos debatido, nos hemos organizado, hemos desarrollado propuestas y en ese proceso hemos tomado conciencia del poder de la ciudadanía.
Mientras, la ambición de los que provocaron la crisis, de los que exigen recortes en prestaciones y derechos sociales o laborales, no amaina. Pero hemos iniciado el camino de los que saben que la crisis no es una catástrofe inevitable. Es consecuencia de la especulación y del enriquecimiento de la élite financiera, principal responsable y principal beneficiaria.
El día 15 de Octubre nos reuniremos en las plazas de todo el mundo, porque hemos comprendido que este mundo es uno y es nuestro. No sólo decimos, “pueblos del mundo, ¡uníos!”, lo estamos haciendo. Haremos saber a todos que la re-evolución ha comenzado y que los ciudadanos reclamamos lo que es nuestro, nuestra soberanía.
Hoy seremos mucho más que una gran mancha de puntitos sobre el tablero del mundo. Ya dijimos que no y esta vez lo diremos juntos. No miraremos impasibles cómo se abandona a su suerte a las personas más débiles, en cualquier parte del mundo. No miraremos impasibles cómo el legado de nuestros abuelos, el fruto de las luchas de clases, las lecciones de las guerras que asolaron el siglo XX, son robados a nuestros hijos: los que no tienen trabajo, los que no cotizan, los que no tendrán una pensión digna. Algunos hoy aún juegan en el parque y otros muchos ni siquiera han nacido. Su futuro nos compromete con el presente. Esos, los más pequeños, nos preguntarán algún día, ¿tú dónde estabas el 15 de Octubre?
EL MUNDO ES UNO Y ES NUESTRO
15 DE OCTUBRE FOR GLOBAL DEMOCRACY
Nos enfrentamos a una cruel dictadura de los mercados sobre la ciudadanía y los pueblos del Mundo, que está liquidando lo mejor del legado europeo, es decir los logros conseguidos en cuanto a un modelo de bienestar, solidaridad, democracia representativa y paz.
Esta crisis ha sido generada por la avaricia desmedida de los mercados, desreglamentados por nuestros políticos al dictado de las antidemocráticas instituciones financieras internacionales. Acumular beneficios para conseguir más y más poder ha constituido el único fin de unas corporaciones que han desplazado a los Estados y a la soberanía popular del legítimo poder democrático.
La desreglamentación de los mercados en general y de los de capital y cambio en particular, ha posibilitado que las poderosas finanzas desreguladas impongan a los Estados sus reglas del juego, sin ningún control por parte de estos y ha convertido el mundo en un campo de batalla económica donde una minoría plutocracia de los dineros impone su dominio a los pueblos, hundiéndolos económica y socialmente.
Recuperar y profundizar en el proyecto democrático es una urgente tarea. Para ello en este momento crítico hemos de plantar cara con decisión a los depredadores financieros y a todos los que pretenden destrozar los mejores logros y sueños populares. En ATTAC creemos que efectivamente otro Mundo mejor es posible si la ciudadanía se moviliza unida por un cambio global para lograrlo.
Unámonos todos para plantar cara a la rapiña financiera y a todas las políticas que lo permiten exigiendo: Regulación y control de los mercados, impuestos a las transacciones financieras, una fiscalidad justa, ambiental y redistributiva, abolición de la deuda injusta y odiosa, así como de los paraísos fiscales, y la restauración de una banca pública que vuelva a generar capital social.
Es hora de exigir un cambio de rumbo que sea favorable para los intereses de los pueblos, de los ciudadanos, de los trabajadores, los grandes perjudicados hasta ahora, y solo puede hacerse con medidas de justicia distributiva fiscal, que obliguen a los grandes propietarios, gestores, administradores de capital y a los especuladores, a aportar recursos financieros que permitan a los Estados impulsar políticas de desarrollo sostenible y un nuevo reparto del trabajo en un Mundo cada vez más automatizado y precarizado.
¡Todas y todos a las calles el 15-O en defensa de la democracia y la justicia social y por un cambio global!
SIETE MOTIVOS PARA EL 15 0
1. Porque no me resigno a que de esta crisis sólo podamos salir agachando la cabeza, apretando los dientes y renunciando a lo que tantos años costó construir.
2. Porque no fueron ni los trabajadores ni los parados ni los profesores ni sus alumnos ni los médicos ni sus pacientes ni los pensionistas ni nuestros hijos quienes hundieron la economía. Pero sí son ellos, somos nosotros, los únicos que lo vamos a pagar.
3. Porque quiero un modelo fiscal donde cada cual aporte según su capacidad y cada cual reciba según su necesidad. Porque exijo ese “sistema tributario justo, inspirado en los principios de igualdad y progresividad” que me prometió el artículo 31 de la Constitución.
4. Porque la Constitución también me dijo que “la soberanía nacional reside en el pueblo español”, no en el Banco Central Europeo o en Wall Street.
5. Porque si hay dinero público suficiente para volver a rescatar a los bancos, a las cajas o a sus millonarios directivos, también debería haberlo para ayudar a esas familias hipotecadas que lo pierden todo porque no pueden pagar.
6. Porque las desigualdades económicas aumentan y me niego a que sea la eficacia, sin la equidad, el único patrón para medir el éxito de una sociedad.
7. Porque tal vez no sirva de nada. Porque tal vez nada vaya cambiar. Porque puede que sólo nos quede la protesta y la palabra. Pero lo que seguro que será completamente inútil es quedarse en casa y esperar sentado a que todo se solucione sin más.
Por estos siete motivos, y otros cuantos muchos más, este sábado 15 de octubre estaré en la calle para pedir al mundo un cambio global. Un cambio a mejor.
I. ESCOLAR,
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