Iguales que nosotros, dice el propio PLATÓN

Hemos trabajado con el mito de la caverna...

Pero ¡cuidado!, que a lo mejor nos hemos adjudicado desde el principio el puesto equivocado, el lugar que no nos corresponde.
Estamos viendo la caverna en toda su extensión, vemos y conocemos todo el escenario, la situación descrita desde el principio hasta el final, en su totalidad, y por eso sabemos más que los prisioneros encadenados.

Nosotros nos creemos, y nos queremos, mucho más semejantes y parecidos al prisionero liberado, a ese prisionero que ha recorrido el camino de subida y ha visto y conocido el exterior y así ha puesto de manifiesto el error en que viven aquéllos.

Pero ¿no nos hemos apresurado en exceso? ¿no nos hemos adjudicado con demasiada ligereza y rapidez el papel bueno? Quizás Platón pretende que no seamos tan complacientes con nosotros mismos.


Una sospecha, repentinamente, tiene que despertarse, si somos minuciosos, atentos a los detalles, ágiles, y valerosos. Platón ya nos había advertido.
¿No se nos habrá olvidado? ¿no lo habremos pasado por alto, verdad? Dice Platón, hablando de los prisioneros encadenados: iguales que nosotros’

Parece, entonces, que el mito de la caverna nos interpela directamente, que nosotros podemos ser, somos, los prisioneros y que ésa es nuestra realidad.

Es necesario reinterpretar, por tanto, ese mito, esa caverna.


Ahí va una posibilidad:




Ficha técnica:

HOMO-ZAPIENS

Duración: 9 Minutos
Año: 2010 Pais: Argentina
Dirección: SEBASTIAN CAMILETTI
Guión: SEBASTIÁN CAMILETTI
Actores:
GABRIELA PERISSON
MARTIN REY
NICOLAS BLANCO
LUCAS CUENCA

Más información y más documentos en:

... aunque otros piensan, sobre la democracia, cosas bien distintas

Figúrate que en una nave o en varias ocurre algo así como lo que voy a decirte: hay un patrón más corpulento y fuerte que todos los demás de la nave, pero un poco sordo, otro tanto corto de vista y con conocimientos náuticos parejos de su vista y de su oído; los marineros están en reyerta unos con otros por llevar el timón, creyendo cada uno de ellos que debe regirlo sin haber aprendido jamás el arte del timonel ni poder señalar quién fue su maestro ni el tiempo en que lo estudió, antes bien, aseguran que no es cosa de estudio y, lo que es más, se muestran dispuestos a hacer pedazos al que diga que lo es. Estos tales rodean al patrón instándole y empeñándose por todos los medios en que les entregue el timón; y sucede que, si no le persuaden, sino más bien hace caso de otros, dan muerte a éstos o les echan por la borda, dejan impedido al honrado patrón con mandrágora, con vino o por cualquier otro medio y se ponen a mandar en la nave apoderándose de lo que en ella hay. Y así, bebiendo y banqueteando, navegan como es natural que lo hagan tales gentes y, sobre ello, llaman hombre de mar y buen piloto y entendido en la náutica a todo aquel que se da arte a ayudarles en tomar el mando por medio de la persuasión o fuerza hecha al patrón y censuran como inútil al que no lo hace; y no entienden tampoco que el buen piloto tiene necesidad de preocuparse del tiempo, de las estaciones, del cielo, de los astros, de los vientos y de todo aquello que atañe al arte si ha de ser en realidad jefe de la nave. Y en cuanto al modo de regirla, quieran los otros o no, no piensan que sea posible aprenderlo ni como ciencia ni como práctica, ni por lo tanto el arte del pilotaje. Al suceder semejantes cosas en la nave, ¿no piensas que el verdadero piloto será llamado un miracielos, un charlatán, un inútil por los que navegan en naves dispuestas de ese modo?
(…)
Porque no es natural que el piloto suplique a los marineros que se dejen gobernar por él ni que los sabios vayan a pedir a las puertas de los ricos, sino que miente el que dice tales gracias y la verdad es, naturalmente, que el que está enfermo sea , rico o pobre, tiene que ir a la puerta del médico, y todo el que necesita ser gobernado, a la de aquel que puede gobernarlo; no que el gobernante pida a los gobernados que se dejen gobernar si es que de cierto hay alguna utilidad en su gobierno. No errarás, en cambio, si comparas a los políticos que ahora gobiernan con los marineros de que hablábamos hace un momento, y a los que éstos llamaban inútiles y papanatas, con los verdaderos pilotos.


PLATÓN, La República, libro VI


En Platón encontramos uno de los grandes críticos de la democracia.

Aquí mismo lo puedes ver y leer: La crítica de la democracia en Platón

Democracia; por alguien que tiene que saber de esto

Disfrutamos de un régimen político que no imita las leyes de los vecinos; más que imitadores de otros, en efecto, nosotros mismos servimos de modelo para algunos. En cuanto al nombre, puesto que la administración se ejerce en favor de la mayoría, y no de unos pocos, a este régimen se lo ha llamado democracia. Respecto a las leyes, todos gozan de iguales derechos en la defensa de sus intereses particulares; en lo relativo a los honores, cualquiera que se distinga en algún aspecto puede acceder a los cargos públicos, pues se lo elige más por sus méritos que por su categoría social; y tampoco al que es pobre, por su parte, su oscura posición le impide prestar sus servicios a la patria, si es que tiene la posibilidad de hacerlo.
Tenemos por norma respetar la libertad, tanto en los asuntos públicos como en las rivalidades diarias de unos con otros, sin enojarnos con nuestro vecino cuando él actúa espontáneamente, ni exteriorizar nuestra molestia, pues ésta, aunque innocua, es ingrata de presenciar. Si bien en los asuntos privados somos indulgentes, en los públicos, en cambio, ante todo por un respetuoso temor, jamás obramos ilegalmente, sino que obedecemos a quienes les toca el turno de mandar, y acatamos las leyes, en particular las dictadas en favor de los que son víctimas de una injusticia, y las que, aunque no estén escritas, todos consideran vergonzoso infringir.


PERICLES





PERICLES
(Atenas, 495 a.C.-Atenas, 429 a.C.)
Literalmente rodeado de gloria,
Es, sin duda, un nombre asociado íntimamente a la etapa más floreciente de la Atenas clásica, hasta el punto de que la edad de oro que vive la ciudad en el siglo V a..C. es denominada por algunos como el siglo de Pericles.
No fue el primer impulsor de la democracia ateniense, pero sí una de sus figuras más sobresalientes.





Unos rasgos biográficos, tomados de ARTEHISTORIA Protagonistas de la historia

Inició su carrera política en el partido democrático, asumiendo su dirección en el año 461 cuando fue asesinado Efialtes, el anterior dirigente, y es entonces cuando impulsa una serie de medidas que consolidan y acentúan el carácter democrático del Estado ateniense. Desde entonces se convirtió en el verdadero jefe de gobierno desde su cargo de "strategos autokrator". La política ateniense estará en manos de Pericles durante casi cuarenta años, gobernando de manera casi absoluta aunque periódicamente era reelegido en sus cargos.
La base de su política estará en incrementar el prestigio de Atenas, debilitando a Esparta y luchando contra Persia.
Estableció las bases para convertir a Atenas un poderoso imperio e impulsó como nadie la exhibición de su gloria poniendo en marcha la construcción de un buen número de obras públicas y monumentos encabezados por el Partenón, joya de la Acrópolis ateniense a la que se accedía por los famosos Propileos.
En el año 445 a.C. se firma entre Atenas y Esparta una paz que establecía cierto equilibrio político entre ambas ciudades, pudiendo elegir las demás su alianza con una de las dos. Pero la firma de este tratado no evitará uno de los más graves conflictos que vivirá Grecia en el siglo V a.C.: la Guerra del Peloponeso, considerada por algunos especialistas como el vehículo con el que Pericles quería recuperar su prestigio después de los momentos de tensión interna.
En el año 430 a.C. caía el gobierno de Pericles ante la presión popular que veía cómo la democracia se convertía en una especie de tiranía. Al año siguiente una epidemia de peste asolaba el Ática y Pericles era llamado para encabezar el gobierno pero la enfermedad hizo mella en el gran Pericles y falleció en 429 a.C. Atenas quedaba empeñada en una guerra que provocaría su ruina.

Y es el autor de uno de los textos más hermosos de la cultura griega clásica, la ORACIÓN FÚNEBRE. TUCÍDIDES, el historiador, en la antológica ‘Historia de la guerra del Peloponeso’, es quien recoge y nos lega ese discurso donde Pericles rinde tributo a los caídos en la batalla y, al tiempo, muestra la grandeza de Atenas.

La mayoría de los que aquí han hablado anteriormente elogian al que añadió a la costumbre el que se pronunciara públicamente este discurso, como algo hermoso en honor de los enterrados a consecuencia de las guerras. Aunque lo que a mí me parecería suficiente es que, ya que llegaron a ser de hecho hombres valientes, también de hecho se patentizara su fama como ahora mismo ven en torno a este túmulo que públicamente se les ha preparado; y no que las virtudes de muchos corran el peligro de ser creídas según que un solo hombre hable bien o menos bien. Pues es difícil hablar con exactitud en momentos en los que difícilmente está segura incluso la apreciación de la verdad. Pues el oyente que ha conocido los hechos y es benévolo, pensará quizá que la exposición se queda corta respecto a lo que él quiere y sabe; en cambio quien no los conoce pensará, por envidia, que se está exagerando, si oye algo que está por encima de su propia naturaleza.
(…)
Tendría que comenzar con nuestros antepasados. Es tan adecuado como prudente, que ellos reciban el honor de ser mencionados en primer lugar, en una ocasión como la de ahora. Ellos vivieron en esta comarca sin interrupción de generación en generación; y nos la entregaron libre como resultado de su bravura. Y si nuestros antepasados más lejanos merecen alabanza, mucho más son merecedores de ella nuestros padres directos. Ellos sumaron a nuestra herencia el imperio que hoy poseemos y no escatimaron esfuerzo alguno para transmitir esa adquisición a la generación presente. Por último, hay muy pocas partes de nuestro dominio que no hayan sido aumentadas por aquéllos de entre nosotros que han llegado a la madurez de sus vidas. Por su esfuerzo la patria se encuentra provista con todo lo que le permite depender de sus propios recursos, tanto en guerra como en la paz.
Tenemos un régimen político que no se propone como modelo las leyes de los vecinos, sino que más bien es él modelo para otros. Y su nombre, como las cosas dependen no de una minoría, sino de la mayoría, es Democracia. A todo el mundo asiste, de acuerdo con nuestras leyes, la igualdad de derechos en los conflictos privados, mientras que para los honores, si se hace distinción en algún campo, no es la pertenencia a una categoría, sino el mérito lo que hace acceder a ellos; a la inversa, la pobreza no tiene como efecto que un hombre, siendo capaz de rendir servicio al Estado, se vea impedido de hacerlo por la oscuridad de su condición. Gobernamos liberalmente lo relativo a la comunidad, y respecto a la suspicacia recíproca referente a las cuestiones de cada día, ni sentimos envidia del vecino si hace algo por placer, ni añadimos nuevas molestias, que aun no siendo penosas son lamentables de ver. Y al tratar los asuntos privados sin molestarnos, tampoco transgredimos los asuntos públicos, más que nada por miedo, y por obediencia a los que en cada ocasión desempeñan cargos públicos y a las leyes, y de entre ellas sobre todo a las que están dadas en pro de los injustamente tratados, y a cuantas por ser leyes no escritas comportan una vergüenza reconocida.
(…)
Arraigada está en nosotros la preocupación de los asuntos privados y también de los públicos; y estas gentes, dedicadas a otras actividades, entienden no menos de los asuntos públicos. Somos los únicos, en efecto, que consideramos al que no participa de estas cosas, no ya un tranquilo, sino un inútil, y nosotros mismos, o bien emitimos nuestro propio juicio, o bien deliberamos rectamente sobre los asuntos públicos, sin considerar las palabras un perjuicio para la acción, sino el no aprender de antemano mediante la palabra antes de pasar de hecho a ejecutar lo que es preciso. Pues también poseemos ventajosamente esto: el ser atrevidos y deliberar especialmente sobre lo que vamos a emprender; en cambio en los otros la ignorancia les da temeridad y la reflexión les implica demora.
Resumiendo, afirmo que la ciudad toda es escuela de Grecia, y me parece que cada ciudadano de entre nosotros podría procurarse en los más variados aspectos una vida completísima con la mayor flexibilidad y encanto. Y que estas cosas no son jactancia retórica del momento actual sino la verdad de los hechos, lo demuestra el poderío de la ciudad, el cual hemos conseguido a partir de este carácter. Efectivamente, es la única ciudad que, en ocasión de ser asaltada, no ocasiona pudor en sus antagonistas cuando ellos resultan derrotados. Ni sus mismos enemigos cuestionan su derecho, obtenido por mérito, de poner de manifiesto su imperio. Y al habernos procurado un poderío con pruebas más que evidentes y no sin testigos, daremos ocasión de ser admirados a los hombres de ahora y a los venideros, sin necesitar para nada el elogio de Homero ni de ningún otro que nos deleitará de momento con palabras halagadoras, aunque la verdad irá a desmentir su concepción de los hechos; sino que tras haber obligado a todas las tierras y mares a ser accesibles a nuestro arrojo, por todas partes hemos dejado monumentos, para bien o para mal, imperecederos detrás nuestro.
(…)
Así pues, éstos, considerando justo no ser privados de una tal ciudad, lucharon y murieron noblemente, y es natural que cualquiera de los supervivientes quiera esforzarse en su defensa. Esta es la razón por la que me he extendido en lo referente a la ciudad enseñándoles que no disputamos por lo mismo nosotros y quienes no poseen nada de todo esto, y dejando en claro al mismo tiempo con pruebas ejemplares el público elogio sobre quienes ahora hablo. Y de él ya está dicha la parte más importante. Pues las virtudes que en la ciudad he elogiado no son otras que aquellas con que las han adornado estos hombres y otros semejantes, y no son muchos los griegos cuya fama, como la de éstos, sea pareja a lo que hicieron. Y me parece que pone de manifiesto la valía de un hombre, el desenlace que éstos ahora han tenido. (…)Y en ese momento consideraron en más el defenderse y sufrir, que ceder y salvarse; evitaron una fama vergonzosa, y aguantaron el peligro de la acción al precio de sus vidas, y en breve instante de su Fortuna, en el esplendor mismo de su fama más que de su miedo, fenecieron.
Y así, éstos, resultaron dignos a su ciudad. Y es preciso que el resto pidan tener una decisión tan firme y no se den por satisfechos de tenerla más cobarde ante los enemigos. (…) Antes por el contrario, contemplando de hecho cada día el poderío de la ciudad y enamorándose de él, y cuando les parezca que es inmenso, piensen que todo ello lo adquirieron unos hombres osados y que conocían su deber, y que actuaron con pundonor en el momento de la acción; y que si fracasaban al intentar algo no se creían con derecho a privar a la ciudad de su innata audacia, por lo que le brindaron su más bello tributo: dieron, en efecto, su vida por la comunidad, cosechando en particular una alabanza imperecedera y la más célebre tumba: no sólo el lugar en que yacen, sino aquella otra en la que por siempre les sobrevive su gloria en cualquier ocasión que se presente, de dicho o de hecho. Porque de los hombres ilustres tumba es la tierra toda, y no sólo la señala una inscripción sepulcral en su ciudad, sino que incluso en los países extraños pervive el recuerdo que, aun no escrito, está grabado en el alma de cada uno más que en algo material. Pues, al menos para un hombre que tenga dignidad, es más doloroso sufrir un daño por propia cobardía que, estando en pleno vigor y lleno de esperanza común, la muerte que llega sin sentirse.
(…)
Por esto precisamente no les compadezco a ustedes, los padres de estos de ahora que aquí están presentes, sino que más bien voy a consolarles. Pues ellos saben que han sido educados en las más diversas experiencias. Y la felicidad es haber alcanzado, como éstos, la muerte más honrosa, o el más honroso dolor como ustedes y como aquellos a quienes la vida les calculó por igual el ser feliz y el morir. Y que es difícil convencerles de ello lo sé, pues tendrán múltiples ocasiones de acordarse de ellos en momentos de alegría para otros, como los que antaño también eran su orgullo. Pues la pena no nace de verse privado uno de aquellas cosas buenas que uno no ha probado, sino cuando se ve despojado de algo a lo que estaba acostumbrado. Preciso es tener confianza en la esperanza de nuevos hijos, los que aún están en edad, pues los nuevos que nazcan ayudarán en el plano familiar a acordarse menos de los que ya no viven, y será útil para la ciudad por dos motivos: por no quedar despoblada y por una cuestión de seguridad. Pues no es posible que tomen decisiones equitativas y justas quienes no exponen a sus hijos a que corran peligro como los demás.
(…)
He pronunciado también yo en este discurso, según la costumbre, cuanto era conveniente, y los ahora enterrados han recibido ya de hecho en parte sus honras; a su vez la ciudad va a criar a expensas públicas a sus hijos hasta la juventud, ofreciendo una útil corona a éstos y a los supervivientes de estos combates. Pues es entre quienes disponen de premios mayores a la virtud donde se dan ciudadanos más nobles. Y ahora, después de haber concluido los lamentos fúnebres, cada cual en honor de los suyos, márchense”.

(el discurso completo , aquí, en PARA SABER aún MÁS)


Y, además, conviene saber que…

TUCÍDIDES, el historiador griego que nos ha traído esa Oración fúnebre, contemporáneo además del propio Pericles lo, llamó ‘el primer ciudadano de Atenas’, considerando que su muerte constituyó el inicio del declive definitivo de la polis griega.

Según PLUTARCO, en los momentos de su muerte, sus amigos se hallaban reunidos alrededor elogiando su figura inmensa, sus enormes virtudes y sus grandes méritos. El moribundo Pericles les interrumpió para hacerles ver que habían olvidado su principal mérito: que ningún ateniense, dijo según parece, había tenido que llevar luto por su causa.

No era filósofo pero sí tuvo mucha relación con los filósofos, principalmente con ANAXÁGORAS, su maestro y amigo, así como con ZENÓN de Elea (sí, el de Aquiles y la tortuga) y PROTÁGORAS, el famoso y aclamado sofista.

Asimismo, cultivó una íntima amistad con FIDIAS, probablemente el mejor escultor de la Grecia antigua, al que encargó las estatuas del Partenón.

Estuvo casado con una mujer (cuyo nombre no aparece por lado alguno) con la que tuvo dos hijos, pero su verdadero amor fue ASPASIA con la que convivió muchos años y con la que tuvo un hijo.

No fueron pocos sus enemigos ni las acusaciones que recibió, entre otras la de malversación de fondos y la de tirano.

Sus enemigos siempre acusaron a Aspasia de influir muy poderosamente en Pericles, considerándola incluso responsable de que Atenas entrara en guerra contra Samos.

Al menos sí parece ser cierto que promovió un cambio en la legislación ateniense que limitaba la ciudadanía solo a aquellos que tuviesen padre y madre atenienses (una medida legislativa impulsada, en otro tiempo, por él mismo), para que el hijo que tuvo con Aspasia, también llamado Pericles (apodado el joven) accediera a la ciudadanía.

Pero no fue solo Aspasia quien recibió críticas y acusaciones, -llegando incluso a ser enjuiciada-. Prácticamente todos los amigos de Pericles tuvieron problemas y hay muchos que consideran que buena parte de estos fueron debidos a su relación con el amado pero asimismo odiado Pericles.

Murió en la epidemia de peste que asoló Atenas y en la que murió asimismo más de un tercio de la población ateniense. El mismo Tucídides da una narración muy intensa de esos acontecimientos tan dramáticos que asolaron la polis, y según él mismo expone, también fue presa de la enfermedad. Actualmente la hipótesis más aceptada considera esa plaga como una epidemia de tifus.

Necesitamos un nombre: ¿QUÉ PROPONES?

Que tenemos un proyecto: hacer un blog; entre todos, de todos y para todos; nuestro blog.

Y que, como primer paso, necesitamos un nombre para ese proyecto, para ese blog.

Si quieres, puedes comenzar a colaborar. ¿Cómo?
proponiendo un nombre, un título.

Y si estás por la labor, necesitamos más cosas; en realidad una cabecera:


una foto, un dibujo, una frase, un slogam, ...
algo, en suma, que nos identifique, por lo que se nos conozca y reconozca.

Aquí debajo mismo puedes formular, exponer tu propuesta.

El final de una tiranía

¿Es así como tiene que terminar un tirano?



Los tiempos tienen que cambiar

... y en ocasiones lo hacen; cambian...





Portada del diario PÚBLICO, 21/OCTUBRE/2011
En la contraportada, el nombre de las 829 víctimas de ETA, desde J. Pardines, guardia civil asesinado el 7 de junio de 1968 hasta J.G. Nerin, gendarme francés, asesinado el 16 de marzo de 2010




... Pero ¿cambian definitiva, irreversiblemente?



Forges, El País, 21/X/2011

PUNTO FINAL A LA PESADILLA


Las tempestades, quizás nadie pueda detenerlas, pero alguien tiene que avisar de ellas, prevenirnos de que llegan, alertar de la desolación que provocan, vigilarlas. Alguien tiene que permanecer despierto cuando todos están dormidos (de EL LIBRO DE VISITAS) .




¿HASTA DÓNDE PUEDE LLEGAR EL SER HUMANO?





PUNTO FINAL A LA PESADILLA

La democracia española ha triunfado contra los fanáticos que, arrogándose una representación que los ciudadanos vascos jamás les concedieron, asesinaron a más de 800 personas. ETA ha anunciado que abandona la violencia, la pesadilla ha terminado.

Los asesinatos de la banda terrorista sumieron en el desconsuelo a miles de hijos condenados a crecer sin el amor y la protección de sus padres, a los que nunca volverían a ver vivos después de un día fatídico en que salieron de sus casas, y violaron, en fin, el elemental derecho, no ya de cualquier ciudadano, sino de cualquier ser humano, a una vida cotidiana y sin miedo. Esa y no otra es la cosecha de los 43 años de historia criminal de ETA; esa y no otra es la responsabilidad que, al margen de la que incumbe a las leyes, han asumido los terroristas ante quienes padecieron su azote y quienes solo el azar libró de padecerlo, pero también ante ellos mismos. Porque son ellos, mejor que nadie, quienes saben que necesitan exhibir un impostado orgullo de patriotas revolucionarios para no verse reflejados cada mañana en el espejo como lo que son, hombres y mujeres con las manos manchadas de sangre.


Aseguran en su comunicado de renuncia al crimen que un tiempo nuevo se ha abierto en Euskadi, y tienen razón. Pero se cuidan mucho de decir que se ha abierto ese tiempo nuevo porque ellos, y solo ellos, han decidido no seguir manteniéndolo cerrado recurriendo a la mayor indignidad en la que ha incurrido desde siempre la violencia que se quiere política, y que consiste en elogiar el mal además de perpetrarlo. Si la democracia española ha triunfado es porque, gracias a su inquebrantable resistencia, ha llevado a los terroristas al punto en el que hoy se encuentran, y es que, como no se atreven a elogiar el mal, tampoco se atreven ya a perpetrarlo. Podrán decir que en estos interminables años de sufrimiento, también la democracia perpetró el mal en contadas ocasiones de furia y extravío. Y es verdad que lo perpetró, para vergüenza de los demócratas. Pero también para su honra, la democracia nunca lo elogió y nunca lo dejó impune, aplicando las mismas leyes, exactamente las mismas, con las que los terroristas eran enjuiciados por sus crímenes.

Crímenes inútiles


El tiempo nuevo que se ha abierto en Euskadi no es resultado de que la democracia se haya acercado a los terroristas, sino de que los terroristas, enfrentados a la inutilidad de sus crímenes, han decidido acogerse a ella. Podían haberlo decidido hace un año, una década, dos décadas o, incluso, más tiempo todavía. Por ejemplo, cuando la frágil democracia que ellos querían poner en jaque, provocando la reacción de los reductos todavía activos del franquismo, tuvo el inmenso coraje de concederles una amnistía completa y de ofrecerles la ocasión de publicar un comunicado exactamente en los mismos términos que el de ayer. Aquel sí era un tiempo verdaderamente nuevo para todos, no como este, que solo lo es para quienes, obstinándose en el crimen durante 30 años más, han terminado por convencerse de que nunca, nunca, conseguirían sus propósitos mediante el terror, y tratan ahora de salvar sus conciencias diciendo que abandonan porque el mundo a su alrededor ha cambiado, no porque ellos han asumido finalmente su derrota ante una democracia que es la misma de entonces, solo que con inconmensurable lastre de dolor.


La conferencia internacional a la que han recurrido los terroristas para solemnizar su final no merece ser enjuiciada, puesto que no ha sido otra cosa que un capítulo de su liturgia para anunciar lo único que, en definitiva, importaba, que es la renuncia al terror. La presencia de personalidades internacionales no pudo ocultar, sin embargo, que en esa ceremonia no se presentaron dos partes para firmar ninguna paz. La supuesta guerra, el supuesto conflicto cuyo final anticipaba era tan solo la guerra, el conflicto de una secta fanática que, entregada a un juego macabro, se erigió en ejército alucinado y se inventó otro enemigo, compuesto de ciudadanos que desarrollaban sus oficios ateniéndose a las leyes democráticas. Si alguna paz se ha firmado con el comunicado de ayer, es la de los terroristas consigo mismos. Y esa paz, tan unilateral como lo fue la supuesta guerra y el supuesto conflicto, no sirve para lo que, en último extremo, pretendían y pretenden los terroristas: para dotar de un sentido a sus crímenes, para convencerse ellos y convencer a quienes hasta ayer podían ser sus víctimas de que tanta muerte y destrucción ha servido para algo.


El mérito de todos
Se acerca una campaña electoral, la primera en la historia de la democracia española en la que los terroristas no estarán presentes. Lo estarán, en cambio, quienes durante todos estos años han defendido idénticas ideas a las que invocaban los terroristas y sin, además, rechazar sus execrables métodos. Si la democracia ha triunfado contra quienes asesinaban y extorsionaban, no hay razones para temer que sucumba a manos de quienes, sin armas, se han plegado a aceptar sus reglas. El triunfo de la democracia española sobre el terrorismo es el mérito de todos. Pero pocos responsables políticos españoles han trabajado más y mejor para arrinconar a ETA que Alfredo Pérez Rubalcaba. En sus cinco años como ministro del Interior, obviamente, pues ha sido la peor y definitiva época para la banda. Pero también en su participación como representante del PSOE en la firma del Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo. A partir de ahora es también la responsabilidad de todos hacer que la renuncia de los terroristas sea irreversible, que las instituciones democráticas sigan demostrando su fortaleza y que las víctimas de esta interminable locura no sufran, ahora que la violencia no les acecha, el oprobio que no logró mientras estuvo presente.


El más trágico problema que ha padecido la democracia española ha desaparecido, no porque haya llegado la paz, sino porque una secta de fanáticos ha desistido cuando esperaban que fuera la democracia española la que desistiera. Es la más poderosa razón para el orgullo, pero también para el recuerdo y el duelo por tantos ciudadanos que hoy no pueden contarse entre los que forman un país que quiere enfrentarse a sus muchas dificultades, sabiendo que la discrepancia no se volverá a pagar con la vida.

EL PAÍS, Editorial, 21 de octubre de 2011



En este enlace, las 829 víctimas de ETA:

http://www.elpais.com/especial/eta/victimas.html

Maratón verde

Una marea verde que se extiende.
Una movilización muy original, y esforzada:



¿Hay o no hay recortes en Educación?

15 OCTUBRE





MANIFIESTO DEL 15 DE OCTUBRE



Hoy, personas de todo el mundo tomamos las calles y plazas. Desde América hasta Asia, desde África hasta Europa, los pueblos nos estamos levantando para reclamar nuestros derechos y pedir una auténtica soberanía. Ahora llegó el momento de unir nuestras fuerzas en un alzamiento pacífico a escala global, sin colores políticos, sin símbolos, sin banderas, un alzamiento conjunto de todos los pueblos.
Los poderes establecidos actúan en beneficio de unos pocos, desoyendo la voluntad de la gran mayoría, sin importarles los costes humanos y ecológicos que tengamos que pagar. Hay que poner fin a esta intolerable situación y unidas y unidos en una sola voz, hacer saber a los políticos y a las élites financieras a las que sirven, que ahora somos nosotros, las gentes, quienes van a decidir nuestro futuro.
En unidad seremos capaces de alcanzar la soberanía que los intereses de los capitales nos intentan arrebatar, juntos conseguiremos la soberanía global que como seres humanos nos pertenece de forma natural.
Exigimos, por tanto, a todos los poderes políticos, militares y jurídicos que se pongan al servicio del pueblo, demostrando un ejercicio de verdadera democracia, para habilitar los mecanismos, cambios y reformas necesarias para garantizarnos una soberanía global que contemple los siguientes puntos:

Soberanía alimentaria para todos los pueblos y personas del planeta, garantizando el derecho de los pueblos y de las comunidades a definir sus políticas agrícolas, pesqueras, alimentarias y de tierra que sean ecológica, social, económica y culturalmente apropiadas a sus circunstancias únicas.
Esto incluye el verdadero derecho a la alimentación y a la producción de alimentos, que todos los pueblos tengan acceso a una alimentación sana, nutritiva y culturalmente apropiada, a una capacidad para mantenerse a si mismos y a sus sociedades garantizando el libre acceso al agua, la tierra, las semillas naturales y la biodiversidad.

Soberanía social que defienda al individuo en igualdad con el resto de su comunidad, así como con las demás comunidades del plantea, garantizando sus derechos y deberes, el cumplimiento de la declaración universal de los derechos humanos, el derecho a vivir en paz y en libertad, dignidad e igualdad dentro y fuera de su territorio, independientemente de su sexo, raza, condición social o económica, ideología, religión, orientación sexual o cualquier otro tipo de pensamiento o diferencia con el resto de los individuos de su comunidad, dentro de un marco de respeto mutuo por los derechos y deberes de todos y todas.

Soberanía cultural que respete y proteja las identidades de los pueblos originarios y las minorías dentro de un mundo global y multicultural. Que garantice el libre acceso al conocimiento y a la información de forma transparente y eficaz, el libre acceso a los medios de comunicación y a las nuevas tecnologías, la libertad de pensamiento y de expresión, la libertad de creencias y prácticas religiosas, separando completamente a estas de un estado y unos poderes públicos que han de ser verdaderamente laicos. La libertad de ideología y la libertad cultural. Soberanía cultural que garantice el acceso a una ecuación libre, de calidad y gratuita a todos los niveles de formación para todas las personas del planeta.

Soberanía política que garantice una democracia real, directa y participativa, la libertad y el derecho a participación de la ciudadanía en la toma de decisiones políticas que afectan a su presente y futuro a través de sistemas seguros de voto electrónico y referéndum. La transparencia absoluta de la administración y los poderes públicos y el libre acceso a toda la documentación generada por estos.
Que proteja la soberanía política de las comunidades y pueblos con identidad propia, así como su reconocimiento dentro de las estructuras y jerarquías políticas estatales e internacionales como pueblo soberano dentro de su marco territorial.

Soberanía económica, energética y mercantil, garantizando unos servicios bancarios y financieros que protejan los créditos hipotecarios. Un estricto control de las finanzas y las transacciones internacionales, persiguiendo y luchando activamente contra la especulación. Un correcto reparto de las riquezas y un equilibrio solidario de los impuestos. La eliminación de los paraísos fiscales y de los privilegios de los grandes capitales. El control de los mercados y de los movimientos de mercancías, protegiendo el comercio local y de proximidad, garantizando un comercio justo basado en valores éticos y medioambientalmente sostenibles. Medidas y leyes que garanticen la soberanía energética de los pueblos, aprovechando los recursos de los que disponga su territorio en beneficio de todo su pueblo soberano. Una soberanía que garantice al individuo la libertad de autoproducción de energía para el autoconsumo a través de los medios a su alcance, respetando los valores de la sostenibilidad y minimización del impacto ambiental.

Por tanto, nos unimos en una sola voz en todo el mundo, exigimos una soberanía global para todos los pueblos y comunidades del planeta en favor del bien y los intereses comunes, la igualdad, la equidad y una verdadera sostenibilidad que garantice la vida digna a las futuras generaciones.
Exigimos el inmediato abandono del sistema neoliberalista que nos está llevando a la mercantilización del ser humano, y por tanto, hacia una autodestrucción global. Exigimos la adopción de un sistema político, social y económico que defienda esta soberanía global y garantice nuestro presente y nuestro futuro primando los intereses comunes, el pleno empleo, los servicios sociales, la educación y la sanidad por encima de cualquier tipo de interés privado o privativo de cualquier persona o entidad, pública o privada.
Siguiendo la senda del camino de cooperación y hermandad que hoy nos trajo hasta aquí, seguiremos trabajando y luchando de forma pacífica por nuestros derechos naturales hasta que nuestras exigencias sean escuchadas y atendidas, hasta conseguir el cambio necesario.
¡No somos mercancía en manos de políticos y banqueros que no nos representan!






Hemos gritado que no nos representan y que nosotros no somos los responsables, ni ganamos demasiado, ni somos improductivos. Hemos clamado que lo llaman democracia y no lo es, que es en realidad un sistema excluyente que no representa al pueblo. Hemos coreado en las calles que están robando a los pobres y han secuestrado al estado con privatizaciones para enriquecer a los ricos, que siguen sedientos tras largas noches de borrachera. Nos rebelamos contra los recortes de los servicios públicos y el desgaste de nuestros derechos y libertades. Sabemos que la deuda es una estafa y denunciamos que los mercados y los banqueros están por encima de toda ley. Hemos debatido, nos hemos organizado, hemos desarrollado propuestas y en ese proceso hemos tomado conciencia del poder de la ciudadanía.
Mientras, la ambición de los que provocaron la crisis, de los que exigen recortes en prestaciones y derechos sociales o laborales, no amaina. Pero hemos iniciado el camino de los que saben que la crisis no es una catástrofe inevitable. Es consecuencia de la especulación y del enriquecimiento de la élite financiera, principal responsable y principal beneficiaria.
El día 15 de Octubre nos reuniremos en las plazas de todo el mundo, porque hemos comprendido que este mundo es uno y es nuestro. No sólo decimos, “pueblos del mundo, ¡uníos!”, lo estamos haciendo. Haremos saber a todos que la re-evolución ha comenzado y que los ciudadanos reclamamos lo que es nuestro, nuestra soberanía.
Hoy seremos mucho más que una gran mancha de puntitos sobre el tablero del mundo. Ya dijimos que no y esta vez lo diremos juntos. No miraremos impasibles cómo se abandona a su suerte a las personas más débiles, en cualquier parte del mundo. No miraremos impasibles cómo el legado de nuestros abuelos, el fruto de las luchas de clases, las lecciones de las guerras que asolaron el siglo XX, son robados a nuestros hijos: los que no tienen trabajo, los que no cotizan, los que no tendrán una pensión digna. Algunos hoy aún juegan en el parque y otros muchos ni siquiera han nacido. Su futuro nos compromete con el presente. Esos, los más pequeños, nos preguntarán algún día, ¿tú dónde estabas el 15 de Octubre?
EL MUNDO ES UNO Y ES NUESTRO
15 DE OCTUBRE FOR GLOBAL DEMOCRACY











ATTAC España llama a la toda la ciudadanía y a sus organizaciones sociales a manifestar su indignación y su rechazo a las actuales políticas, que infructuosamente pretenden contener los efectos de la crisis sin poner remedio a las causas que la han originado. Solo una gran movilización ciudadana internacional unida puede tener éxito en la lucha, de los ciudadanas y ciudadanos del mundo, frente al neoliberalismo y sus frutos de pobreza, paro y recortes sociales. Por eso ATTAC llama a tomar las plazas y las calles y gritar, unidos por un cambio global, que no somos mercancía en manos de políticos y banqueros

Nos enfrentamos a una cruel dictadura de los mercados sobre la ciudadanía y los pueblos del Mundo, que está liquidando lo mejor del legado europeo, es decir los logros conseguidos en cuanto a un modelo de bienestar, solidaridad, democracia representativa y paz.
Esta crisis ha sido generada por la avaricia desmedida de los mercados, desreglamentados por nuestros políticos al dictado de las antidemocráticas instituciones financieras internacionales. Acumular beneficios para conseguir más y más poder ha constituido el único fin de unas corporaciones que han desplazado a los Estados y a la soberanía popular del legítimo poder democrático.
La desreglamentación de los mercados en general y de los de capital y cambio en particular, ha posibilitado que las poderosas finanzas desreguladas impongan a los Estados sus reglas del juego, sin ningún control por parte de estos y ha convertido el mundo en un campo de batalla económica donde una minoría plutocracia de los dineros impone su dominio a los pueblos, hundiéndolos económica y socialmente.
Recuperar y profundizar en el proyecto democrático es una urgente tarea. Para ello en este momento crítico hemos de plantar cara con decisión a los depredadores financieros y a todos los que pretenden destrozar los mejores logros y sueños populares. En ATTAC creemos que efectivamente otro Mundo mejor es posible si la ciudadanía se moviliza unida por un cambio global para lograrlo.
Unámonos todos para plantar cara a la rapiña financiera y a todas las políticas que lo permiten exigiendo: Regulación y control de los mercados, impuestos a las transacciones financieras, una fiscalidad justa, ambiental y redistributiva, abolición de la deuda injusta y odiosa, así como de los paraísos fiscales, y la restauración de una banca pública que vuelva a generar capital social.
Es hora de exigir un cambio de rumbo que sea favorable para los intereses de los pueblos, de los ciudadanos, de los trabajadores, los grandes perjudicados hasta ahora, y solo puede hacerse con medidas de justicia distributiva fiscal, que obliguen a los grandes propietarios, gestores, administradores de capital y a los especuladores, a aportar recursos financieros que permitan a los Estados impulsar políticas de desarrollo sostenible y un nuevo reparto del trabajo en un Mundo cada vez más automatizado y precarizado.
¡Todas y todos a las calles el 15-O en defensa de la democracia y la justicia social y por un cambio global!


SIETE MOTIVOS PARA EL 15 0
1. Porque no me resigno a que de esta crisis sólo podamos salir agachando la cabeza, apretando los dientes y renunciando a lo que tantos años costó construir.
2. Porque no fueron ni los trabajadores ni los parados ni los profesores ni sus alumnos ni los médicos ni sus pacientes ni los pensionistas ni nuestros hijos quienes hundieron la economía. Pero sí son ellos, somos nosotros, los únicos que lo vamos a pagar.
3. Porque quiero un modelo fiscal donde cada cual aporte según su capacidad y cada cual reciba según su necesidad. Porque exijo ese “sistema tributario justo, inspirado en los principios de igualdad y progresividad” que me prometió el artículo 31 de la Constitución.
4. Porque la Constitución también me dijo que “la soberanía nacional reside en el pueblo español”, no en el Banco Central Europeo o en Wall Street.
5. Porque si hay dinero público suficiente para volver a rescatar a los bancos, a las cajas o a sus millonarios directivos, también debería haberlo para ayudar a esas familias hipotecadas que lo pierden todo porque no pueden pagar.
6. Porque las desigualdades económicas aumentan y me niego a que sea la eficacia, sin la equidad, el único patrón para medir el éxito de una sociedad.
7. Porque tal vez no sirva de nada. Porque tal vez nada vaya cambiar. Porque puede que sólo nos quede la protesta y la palabra. Pero lo que seguro que será completamente inútil es quedarse en casa y esperar sentado a que todo se solucione sin más.
Por estos siete motivos, y otros cuantos muchos más, este sábado 15 de octubre estaré en la calle para pedir al mundo un cambio global. Un cambio a mejor.
I. ESCOLAR,
www.escolar.net

Y tú, ¿qué harías?


Dicen que era un pastor que estaba al servicio del entonces rey de Lidia. Sobrevino una vez un gran temporal y terremoto; abrióse la tierra y apareció una grieta en el mismo lugar en que él apacentaba. Asombrado ante el espectáculo descendió por la hendidura y vio allí, entre otras muchas maravillas que la fábula relata, un caballo de bronce, hueco, con portañuelas, por una de las cuales se agachó a mirar y vio que dentro había un cadáver, de talla al parecer más que humana, que no llevaba sobre sí más que una sortija de oro en la mano; quitósela el pastor y salióse.



Cuando, según costumbre, se reunieron los pastores con el fin de informar al rey, como todos los meses, acerca de los ganados, acudió también él con su sortija en el dedo. Estando, pues, sentado entre los demás, dio la casualidad de que volviera la sortija, dejando el engaste de cara a la palma de la mano; e inmediatamente cesaron de verle quienes le rodeaban y con gran sorpresa suya, comenzaron a hablar de él como de una persona ausente. Tocó nuevamente el anillo, volvió hacia fuera el engaste y una vez vuelto tornó a ser visible.




Al darse cuenta de ello, repitió el intento para comprobar si efectivamente tenía la joya aquel poder, y otra vez ocurrió lo mismo: al volver hacia dentro el engaste, desaparecía su dueño, y cuando lo volvía hacia fuera, le veían de nuevo.




Hecha ya esta observación, procuró al punto formar parte de los enviados que habían de informar al rey; llegó a Palacio, sedujo a su esposa, atacó y mató con su ayuda al soberano y se apoderó del reino.



Pues bien, en una situación semejante, ¿tú qué harías?

Aunque, quizás, lo importante de la historia es lo que nos pretende decir, lo que podemos aprender de ella.

El que la cuenta, un griego llamado Glaucón, extrae las siguientes enseñanzas:



Pues bien, si hubiera dos sortijas como aquélla de las cuales llevase una puesta el justo y otro el injusto, es opinión común que no habría persona de convicciones tan firmes como para perseverar en la justicia y abstenerse en absoluto de tocar lo de los demás, cuando nada le impedía dirigirse al mercado y tomar de allí sin miedo alguno cuanto quisiera, entrar en las casas ajenas y fornícar con quien se le antojara, matar o libertar personas a su arbitrio, obrar, en fin, como un dios rodeado de mortales. En nada diferirían, pues, los comportamientos del uno y del otro, que seguirían exactamente el mismo camino. Pues bien, he ahí lo que podría considerarse una buena demostración de que nadie es justo de grado, sino por fuerza y hallándose persuadido de que la justicia no es buena para él personalmente; puesto que, en cuanto uno cree que va a poder cometer una injusticia, la comete. Y esto porque todo hombre cree que resulta mucho más ventajosa personalmente la injusticia que la justicia. «Y tiene razón al creerlo así», dirá el defensor de la teoría que expongo. Es más: si hubiese quien, estando dotado de semejante talismán, se negara a cometer jamás injusticia y a poner mano en los bienes ajenos, le tendrían, observando su conducta, por el ser más miserable y estúpido del mundo; aunque no por ello dejarían de ensalzarle en sus conversaciones, ocultándose así mutuamente sus sentimientos por temor de ser cada cual objeto de alguna injusticia. Esto es lo que yo tenía que decir.


Pero no concluye así su exposición, sino que continúa un poco más:



Finalmente, en cuanto a decidir entre las vidas de los dos hombres de que hablamos, el justo y el injusto, tan sólo nos hallaremos en condiciones de juzgar rectamente si los consideramos por separado; si no, imposible. ¿Y cómo los consideraremos separadamente? Del siguiente modo: no quitemos nada al injusto de su injusticia ni al justo de su justicia, antes bien, supongamos a uno y otro perfectos ejemplares dentro de su género de vida. Ante todo, que el injusto trabaje como los mejores artífices. Un excelente timonel o médico se dan perfecta cuenta de las posibilidades o deficiencias de sus artes y emprenden unas tareas sí y otras no. Y si sufren algún fracaso, son capaces de repararlo. Pues bien, del mismo modo el malo, si ha de ser un hombre auténticamente malo, debe realizar con destreza sus malas acciones y pasar inadvertido con ellas. Y al que se deje sorprender en ellas hay que considerarlo inhábil; pues no hay mayor perfección en el mal que el parecer ser bueno no siéndolo. Hay, pues, que dotar al hombre perfectamente injusto de la más perfecta injusticia, sin quitar nada de ella, sino dejándole que, cometiendo las mayores fechorías, se gane la más intachable reputación de bondad. Si tal vez fracasa en algo, sea capaz de enderezar su yerro; pueda persuadir con sus palabras, si hay quien denuncie alguna de sus maldades; y si es preciso emplear la fuerza, que sepa hacerlo valiéndose de su vigor y valentía y de las amistades y medios con que cuente. Ya hemos hecho así al malo. Ahora imaginemos que colocamos junto a él la imagen del justo, un hombre simple y noble, dispuesto, como dice Esquilo, no a parecer bueno, sino a serlo. Quitémosle, pues, la apariencia de bondad; porque, si parece ser justo, tendrá honores y recompensas por parecer serlo, y entonces no veremos claro si es justo por amor de la justicia en sí o por los gajes y honras. Hay que despojarle, pues, de todo excepto de la justicia y hay que hacerle absoluta mente opuesto al otro hombre. Que sin haber cometido la menor falta, pase por ser el mayor criminal, para que, puesta a prueba su virtud, salga airosa del trance al no dejarse influir por la mala fama ni cuánto de ésta depende; y que llegue imperturbable al fin de su vida tras de haber gozado siempre inmerecida reputación de maldad. Así, llegados los dos al último extremo, de justicia el uno, de injusticia el otro, podremos decidir cuál de ellos es el más feliz.


En realidad, esto es una conversación, un diálogo en el que junto al citado Glaucón, interviene otro interlocutor. Ahora, con lo que sigue, podremos conocerlo además de saber cómo termina.




-¡Vaya! ---exclamé-. ¡Con qué destreza, amigo Glaucón, nos has dejado limpios y mondos, como si fuesen estatuas, estos dos caracteres para que los juzguemos!

-Lo mejor que he podido --contestó--. Y siendo así uno y otro, me creo que no será ya difícil describir con palabras la clase de vida que espera a los dos. Voy, pues, a hablar de ello. Pero si acaso en algún punto mi lenguaje resultara demasiado duro, no creas, Sócrates, que hablo por boca mía, sino en nombre de quienes prefieren la injusticia a la justicia; dirán éstos que, si es como hemos dicho, el justo será flagelado, torturado, encarcelado, le quemarán los ojos, y tras de haber padecido toda clase de males, será al fin empalado y aprenderá de este modo que no hay que querer ser justo, sino sólo parecerlo. En cuanto a las palabras de Esquilo, estarían, según eso, mucho mejor aplicadas al injusto, que es --dirán- quien en realidad ajusta su conducta a la verdad y no a las apariencias, pues desea no parecer injusto, sino serlo: «quíere y cultiva el surco fecundo de su mente para que en él germinen los más nobles designios»,
y mandar ante todo en la ciudad apoyado por su reputación de hombre bueno, tomar luego esposa de la casa que desee, casar sus hijos con quien quiera, tratar y mantener relaciones con quien se le antoje y obtener de todo ello ventajas y provechos por su propia falta de escrúpulos para cometer el mal. Si se ve envuelto en procesos públicos o privados podrá vencer en ellos y quedar encima de sus adversarios, y al resultar vencedor se enriquecerá y podrá beneficiar a sus amigos y dañar a sus enemigos y dedicar a la divinidad copiosos y magníficos sacrificios y ofrendas, con lo cual honrará mucho mejor que el justo a los dioses y a aquellos hombres a quienes se proponga honrar, de modo que hay que esperar razonablemente que por este procedimiento llegue a ser más amado de los dioses que el varón justo. Tanto es, según dicen, ¡oh, Sócrates!, lo que supera a la vida del justo la que dioses y hombres deparan al que no lo es.



El texto está extraído de una obra, La República, de un filósofo llamado PLATÓN, precisamente hermano de Glaucón y discípulo de Sócrates.



Si quieres volver a leer el texto completo, aquí, en PARA SABER aún MÁS, lo tienes.




El negocio del siglo

INTERMÓN OXFAM presenta en España, como parte de su campaña CRECE, un informe sobre transacciones de tierras y el impacto que estas tienen en la gente que vive en situación de pobreza alrededor del mundo. La nueva demanda ha impulsado durante la última década la venta, el arrendamiento o la concesión de licencias para explotar grandes extensiones de tierra, con el objetivo de producir suficiente comida para personas que viven a miles de kilómetros de distancia, de cumplir con las cuotas de biocombustibles o para especular con la tierra y obtener ganancias fácilmente. Muchas de estas operaciones son, de hecho, apropiaciones de tierra en las que aquellos que viven o dependen de ella no son consultados, ni tratados de manera justa, ni reciben una compensación adecuada.

El acaparamiento de tierras está teniendo un impacto devastador en las vidas de las personas pobres y excluidas. Las personas pierden sus hogares y la tierra de la que dependen para cultivar comida para alimentarse y ganarse la vida. La escena representada, tomada de El precio de la ambición, muestra el momento en que los trabajadores de una agencia de bienes raíces se reúnen con un representante de su oficina central, enviado para motivarlos a comprar y vender tierra sin importar las consecuencias, o, de lo contrario, se arriesgan a perder sus empleos.

Ariane Arpa, directora general de Intermón Oxfam, ha afirmado: “Este vídeo muestra una situación similar a la que estamos viendo en todo del mundo, en el que se compran tierras para obtener beneficios y satisfacer la demanda. La inversión en agricultura debiera ser bienvenida, pero debemos lograr que existan medidas que aseguren que las necesidades de miles de personas pobres y vulnerables no sean dejadas de lado por los intereses de unos pocos”.

Oxfam hace un llamamiento a los inversores, los gobiernos nacionales y a las organizaciones internacionales para que tomen una serie de medidas para poner fin al acaparamiento de tierras de manera tal que las comunidades afectadas sean consultadas, tratadas con justicia y tengan los medios para cultivar suficiente comida para alimentarse.



El interés de Oxfam por el acaparamiento de tierras está enmarcado dentro de la campaña CRECE, lanzada a mediados de este año. La campaña busca asegurar que haya suficientes alimentos para comer en un contexto en el que disminuyen recursos como la tierra, el agua y la energía; se incrementa a ritmo acelerado el cambio climático y aumenta la volatilidad de precios. Cada día, 925 millones de personas pasan hambre alrededor del mundo. Es momento de actuar.



Las otras muertes de Sócrates



Conocemos la muerte de Sócrates, la antológica y monumental pintura de David.


Pero algunos mueren muchas veces, tienen muchas muertes.





Las otras muertes de Sócrates